El milagro de la sonrisa

viernes, 10 de febrero de
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Una sonrisa cuesta poco y produce mucho.

 

No empobrece a quien la da

y enriquece a quien la recibe.

 

Dura sólo un instante y perdura

en el recuerdo eternamente.

 

Es la señal externa de la amistad profunda.

 

Nadie hay tan rico que pueda vivir sin ella

y nadie tan pobre que no la merezca.

 

Una sonrisa alivia el cansancio, renueva

las fuerzas y es consuelo en la tristeza.

 

Una sonrisa tiene valor desde el comienzo 

en que se da.

 

Si crees que a ti la sonrisa no te aporta nada,

sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene

tanta necesidad de la sonrisa como quien 

no sabe sonreír.

 

Anónimo

 

Oleada Joven