De pequeñeces funciona el universo

domingo, 12 de febrero de

 

 

 

Te sientes como un conjunto inútil de pequeñeces,
como una vida sin grandes derroteros,
como un alma que nadie divisa, porque en el
entretejido del mundo se pierde tu fisonomía.
 


 No se ve tu ornamentación porque vives en
la parte de "atrás", eres ese "componente invisible"
sin el cual el mundo se derrumbaría.
 


Eres el engranaje que lo configura, el
músculo que lo sostiene, la piel que lo recubre,
la sangre que lo circula.
 


Hay mucha grandeza en ese nudo, esa aguja,
esa varilla, ese cordel, ese tornillo y esa parcelita.
 


Aunque te parezca nada, eres mucho.
 


Una mano superando a la máquina.
Un atajo buscando la esperanza.
Una obra sobrepasando al tiempo.
Un remolino despertando al corazón.
 


Un afluente para llenar el río.
Una llamita para prender la hoguera.
Un viento para agitar el pensamiento.
Un columpio para mecer las ilusiones.
Un canal para volcarse en los demás.
 


Una entre millones, nutriendo
y espesando el mundo.
 
Un banquito para descansar.
Un ancla para los que navegan.
Una brújula para los que se confunden.
Una señal para los que pasan.
Un pañuelo para los que lloran.
 


Una entre millones, marchando al compás de
los demás, para salvarse juntos.
 


Un alma donde Dios se queda, porque de
pequeñeces funciona el universo.
 
 
Zenaida Bacardí de Argamasilla

 

 

Oleada Joven