“A veces la evangelización se piensa como transmisión de un mensaje. Creo que la evangelización es más bien promesa de vida. El Evangelio se define a menudo como “Buena Nueva”.
¿Y qué mejor Buena Nueva que la de dar razón y ganas de vivir ? Un ser humano sin ganas de vivir pierde su humanidad. Una persona que no encuentra sentido a su vida deja de ser persona. Y se convierte entonces en un cuerpo donde la sangre corre, pero donde la vida no circula.
Vivir es tener ganas de vivir. Y el Evangelio es una invitación a arrancar vida de la muerte. Evangelizar es dar ganas de vivir porque es comunicar esa promesa de vida que es el Evangelio, promesa que pone en camino y que convierte cada camino individual en historia colectiva.
Elena Lasida
(Economista uruguaya. Doctora en Teología y Economía)