A veces nos lamentamos de que el cristianismo, en la sociedad de hoy, es una presencia cada vez más marginal, de que es difícil transmitir la fe a los jóvenes, de que las vocaciones disminuyen. Y se podría seguir enumerando motivos de preocupación.
Fuente: «Testigos de Esperanza», F. X. Nguyen van Thuan, Ciudad Nueva