¡Jóvenes, sigan a Cristo!

viernes, 17 de agosto de
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Reflexión del P. Alberto Hurtado, sacerdote Jesuita, a los jovenes del siglo XX, muy actuales para los de este tiempo…. La iglesia celebra cada 18 de agost a San Alberto Hurtado, santo chileno



1. La juventud es la edad del heroísmo, y la gracia de Dios depositada en los corazones fuerza por abrirse paso en muchas almas hacia planos superiores.



2. El medio más importante de la educación sobrenatural, casi la base de toda educación, es infundir en los jóvenes el amor a Jesucristo.



3. El que ha mirado profundamente siquiera una vez los ojos de Jesús, no lo olvidará jamás.



4. La gran revolución no se hará posible sino cuando hayamos efectuado cada uno de nosotros mismos, la revolución de nuestra vida, orientándola hacia Cristo…



5. Queremos incendiar…, tenemos antes que nada que incendiarnos a nosotros mismos. Queremos iluminar, tenemos antes que nada ser luz. Queremos dar sentido cristiano a la vida y ¿cómo lo daremos si no lo tenemos nosotros mismos?



6. El mundo está cansado de discursos quiere hechos, quiere obras, quiere ver Cristianos que encarnan como Cristo la verdad en su vida. ¿Queremos salvar al mundo? Comencemos por hacernos Verbo, Verbo de verdad, de pureza, Verbo de caridad, Verbo de amor a Dios y al prójimo.



7. Operemos en nosotros la revolución cristiana y el mundo será cristiano.



8. El joven que ha recibido la Verdad tiene una actitud peculiar en todos los momentos de su existencia. Tiene un estilo propio. Al verlo se lo distingue de inmediato de los que no lo son. En alto su cabeza; arriba sus ojos; abierto su pecho; su paso firme. Es su único orgullo: “ser cristiano”. Hijo de Dios. Hermano de los hermanos de Cristo.



9. … Servirá a todos: al pobre y al rico; a la viejecita, flor que se deshoja; y al niño, botón que se abre a la vida. No le preguntará a nadie qué piensa para servirlo: es su hermano. Dará al fatigado. Tomará la carga ajena. Si tiene un sitio en su coche no dejará de ofrecerlo al transeúnte.



10. Menos proselitismo y más santidad; menos palabras y más testimonio de vida.



11. Cada generación ha de comenzar de nuevo al redención.



12. Si Cristo viniera hoy a nuestras fábricas y liceos, encontraría en ellos quienes lo seguirían con tanto ardor como en la primera generación cristiana.


San Albeto Hurtado

 

Oleada Joven