Hace ya varios años, cuando visitábamos la vieja cárcel de Valparaíso, un hermano me mostró este hermoso poema que le dedicó un ‘interno’ a quien él evangelizaba y me lo entregó, a condición que yo mantuviera en reserva su nombre y el del autor. Creo que en estas líneas se expresa el sentir y el reconocimiento de muchos internos hacia todos quienes les llevan el Mensaje de Amor y Esperanza tras las rejas.