Evangelizar… estoy enamorado de quien quiero que tú te enamores
Estoy enamorado de la persona más extraordinaria de este mundo. Y cómo no iba a estarlo, pues desde el primer momento no ha dejado tranquilos mi mente y mi corazón. Me ha hecho adicto suyo; ya no puedo vivir sin su presencia. Sólo mencionar su nombre hace saltar un resorte interior capaz de lanzarme a empresas inimaginables. Le encuentro en todo lo que veo y siento. Cualquier dificultad se me hace pequeña comparada con lo que me da. Es mi fuerza, mi sostén, mi aliento, mi todo.
¡Cómo no enamorarme de alguien así y cómo quisiera que todo el mundo le conociese! Estoy seguro que muchos cambiarían su comportamiento, como yo cambié el mío. Bastaría mirarlo ahí, clavado en la cruz por amor a mí y abriéndome su Corazón. Porque esta persona tan extraordinaria, bella, amante y fiel no es otra que Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que murió por mí, que fue escupido, clavado en el madero, muerto y resucitado para mendigar algunas migajas de mi amor. Jamás alguien podrá encontrar otro igual, pues sólo Él puede dar plenitud y sentido a la vida aquí y en la eternidad: sólo su amor llena el alma.
Estoy enamorado de esta Persona y mi anhelo es que también cautive el corazón de todo el mundo; para eso me he hecho sacerdote, para eso evangelizo. Y si en el intento de que se enamoren de Él tengo que subir también al Calvario: con el corazón sangrante, y conociendo mi debilidad, lo haré, no sin llanto y dolor… pero clavado con Quien me lo ha dado todo y con Quien espera que también yo ame de manera extraordinaria, bella, amante y fiel.
Fuente: imision.org Autor: P. Juan A. Ruíz