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Animarse a la Vida
martes, 30 de octubre de
” A un antiguo y famoso monasterio llegó cierto día un joven para tomar como guía al sabio maestro quien lo dirigiría.” Mis padres me han advertido que tenga cuidado contigo “, afirmó el recién llegado.
El sabio hombre sonrió y dijo : ” Ten cuidado muchacho, ten cuidado y te pasará lo mismo que a tus padres : jamás te sucederá nada muy malo, pero tampoco te sucederá nada muy bueno. ¿ Es esa la vida que quieres ? – continuó el maestro – Me inspiran lástima esas vidas tan protegidas, calculadas, sosas que no se atreven a explorar las nuevas sendas. Es sensato actuar con prudencia, pero se deja de vivir al confundir la prudencia con la cobardía y al centrarse en lo que los demás opinan o en lo que dirán.”
” Le viene bien a la existencia – querido muchacho – una buena dosis de sano atrevimiento y unos cuantos grados de locura : Es bueno despertar al niño dormido, saber vivir aventuras y actuar con espontaneidad porque nada valioso se obtiene sin correr riesgos “.
Quien no se lanza mar adentro
nada sabe del azul profundo del agua,
ni del hervor de las aguas que bullen.
Nada sabe de las noches tranquilas,
cuando el navio avanza
dejando una estela de silencio.
Nada sabe de la alegria
de quedarse sin amarras,
apoyado solo en Dios,
mas seguro que el mismo oceano.
Desventurado aquel que se queda en la orilla
y pone toda su esperanza en tierra firme,
la de los hombres razonables,
calculadores, seguros de si mismos,
que imaginan ser ricos y estan desnudos,
que creen construir para siempre
y solo amontonan ruinas que siempre les traicionan.
P. Lyonnet
Oleada Joven
Participa
Radio Maria Joven