Y, ¿qué pasa si los deseos se cumplen?. Lo fácil sería pensar que yo sería feliz si mis deseos se realizaran. Eso es lo que nos prometen muchos anuncios en los que los publicistas, con mucho arte, nos hacen creer que su producto cumplirá nuestros deseos. Incluso podríamos llegar a simplificar tanto que llegásemos a pensar que la vida consiste en cumplir deseos.