Quizás se trate de abrir las puertas para encontrar el amor.
Llega un momento, después de meses, o quizás años, en donde nos damos cuenta que hemos guardado el amor en algún rincón, y hemos olvidado esa sublime experiencia.
Pasó agua bajo el puente de nuestros anhelos y la vida nos privó de una compañía, quizás por muchas circunstancias. ¿Será que nos cerramos al amor? O quizás, sin darnos cuenta paralizamos por alguna herida las puertas que nos abren a esa tierna aventura.
Tal vez, lo que nos liga a estar solos es una soledad caprichosa que ha hecho morada en nuestra habitación por el dolor.
Simplemente se trata de abrir las tranqueras que dan bienvenida a las estancias de lo maravilloso.
Hay que animarse a encontrar esa persona. A veces, ni siquiera hay que buscarla, quizás está allí, a nuestro lado hace tiempo.