Después de mucho tiempo de preparación, con mucho trabajo y oración, pudimos vivir con gran alegría la III Acampada Mariana, entre el 26, 27 y 28 de diciembre. Cerca de 80 jóvenes se acercaron desde distintos puntos del país para vivir esta experiencia fraterna de Jesús que "Vino y puso su morada en medio nuestro". La hermosa experiencia de encuentro y compartir queda guardada en nuestro corazón, pero también queremos compartirla con todos los jovenes de Oleadajoven.org.ar
Las actividades propuestas fueron muy intensas logrando una linda combinación entre espacios de oración y reflexión, y la recreación con mucho de creatividad, arte y deportes. La temática estuvo centrada en la parábola del hijo pródigo, dividida en 3 anuncios: la figura del hijo menor, el hijo mayor y el padre misericordioso. Las reflexiones están elaboradas a partir del libro "El regreso del hijo pródigo" de Henry Nouwen.
1) El hijo menor: es el más conocido de la parábola, y muchas veces lo conocemos como el "malo de la película". Es el que mete la pata declaradamente, el que reniega de su padre le pide un adelanto de herencia, y sale a despilfarrarla por ahí. Al tiempo comienza a padecer necesidades y decide volver a la casa del Padre. Recapacita y piensa volver a su padre, ya no como hijo sino como un "asalariado". El hijo que no se reconoce como tal, que busca mantenerse "alejado" del padre, trabajando para él… es un modo de no aceptar su perdón. Pero sin embargo se encuentra con el abrazo misericordioso del padre. La invitación a dejarnos amar profundamente.
"Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado".
Anuncio completo
2) El hijo mayor: es el más correcto de los dos hermanos; cumplidor, responsable y trabajador. La escena lo muestra enojado y celoso con la vuelta de su hermano y la fiesta que su padre organizó. Sin embargo este hijo, aún viviendo en la casa del Padre, también está lejos de Él. No entiende de gratuidad, ni de amor… sino desde una mirada comercial "Yo trabajo mucho, por ende merezco mi recompensa". Su corazón egoísta no puede alegrarse; por eso permanece afuera y no entra a la fiesta.
Sin embargo el Padre también sale a su encuentro; deja la fiesta y sale a buscarlo y rescatarlo: "todo lo mio es tuyo". La invitación a dejarnos amar por el Padre, y a recibirlo desde su gratuidad y no desde nuestros merecimientos.
3) "Este es mi hijo muy querido": la tercera parte se centró en la figura del Padre que ama profundamente a cada uno de sus hijos. Ama a todos y a la vez te ama a vos individualemnte. Te conoce, y te ama. Él dice de vos: "este es mi hijo amado".
Tanto los anuncios, como los espacios de reflexión nos llevaron a encontrarnos con este Padre misericordioso que nos recibe y que nos ama profundamente, mucho más de lo que nosotros nos imaginamos. Sabernos amados desde la gratuidad, porque el amor de Padre nunca es retribuible, siemplemente es y asi como viene hay que recibirlo.
Descubrir que dentro nuestro conviven el hijo mayor y el menor, pero que el Padre sale en búsqueda de nosotros.
Sabernos hijos amados del Padre, cambia todas las perspectivas. Cuando tenemos la espalda cubierta por un Padre grande nos animamos a caminar con confianza, con la certeza de que todo lo que la marea del año que comienza nos traiga, va a ser para bien nuestro. "Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera"…
Que en estos días podamos descansar en los brazos del Padre… siempre el amor y la ternura nos descansan el alma, y el cuerpo. ¡Feliz año nuevo! Que el Señor te conceda los deseos más profundos de tu corazón.