Evangelio segun San Marcos 7,1-13

martes, 8 de febrero de
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Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?".



El les respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.  En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres".



Y les decía: "Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte. En cambio, ustedes afirman: 'Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte…' En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.  Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!".

Palabra de Dios

 


 

P. Gustavo Gatto  Encargado de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María

 

 



El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús enfrentados con los Fariseos. Siempre nosotros decimos “bueno, Jesús es Misericordioso, Jesús es el Señor que nos trae la paz”. Claro que es así, pero el Evangelio nos muestra a Jesús que se enfrenta con los Fariseos. ¿Y que es lo que le molesta a Jesús de los Fariseos? Le molesta la hipocresía, no? El evangelio los llama, Jesús los llama hipócritas, no? Dice Él “El pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi”.

 

Jesús rechaza la hipocresía de los Fariseos y el tema de la hipocresía nos hace, nos viene como a, esta palabra significa máscara, no? Es como usar una máscara. Los Fariseos usaban la máscara de la legalidad, aparentemente cumplían todo a la perfección, pero por dentro su corazón estaba en otro lado. Cumplían detalle por detalle la Ley pero se les iba lo más importante, que era la Justicia.

 

El Señor hoy también a nosotros nos hace una advertencia, “Ojo con la hipocresía”. Podemos hablarlo como un lenguaje juvenil, el Señor no quiere que tengamos máscaras, el Señor quiere que seamos jóvenes auténticos. Y la autenticidad no significa hacer lo que uno quiere, hacer lo que se le da la gana, sino que la autenticidad significa hacer lo que uno es. Uno es autentico cuando hace lo que es, cuando descubre en su interior su esencia más profunda y actúa, toma decisiones de acuerdo a lo que es.

 

 

Esto de la autenticidad, esto de sacarse las máscaras, me trajo a la memoria una canción de Martín Valverde que es larga, pero que quiero compartir con vos alguna frase. La canción se llama “Discúlpenme pero no”, y ahí en esta canción Martín Valverde dice: “Discúlpenme pero no, no me hace falta una moda para mi identidad, me visto de sincero y no me queda tan mal, y traigo a la medida mi autenticidad…” Y sigue diciendo: “Discúlpenme pero no, no me hace falta el dinero para saber quién soy, soy libre como el viento y eso me hace feliz y a usted no…” Y también dice Martín Valverde: “Discúlpenme pero no, no me hace falta un aplauso para sentirme bien, solo aquel que es inseguro necesita disfrazar con un montón de aplausos su inseguridad…”

 

El Señor nos invita hoy a que seamos auténticos, a que seamos sin máscaras, que nos mostremos tal como somos y que el Señor nos vaya transformando cada día en lo que Él quiere que seamos.

 

Que tengas una buena semana

 

Oleada Joven