Evangelio segun San Marcos 10, 46-52

miércoles, 2 de marzo de
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Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timoteo  -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mi! Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: ¡Hijo de David, ten piedad de mi! Jesús se detuvo y dijo: Llámenlo. Entonces llamaron al ciego y le dijeron: ¡Ánimo, levántate! Él te llama. Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que haga por  ti? Él respondió: Maestro, que yo pueda ver. Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino. 

 

Palabra de Dios






Monseñor Estanislao Karlic  Obispo emérito de la Arquidiócesis de Paraná



Queridos hermanos, otra vez el Señor nos regala Su Palabra, es decir, Su Verdad y Su Vida. Hoy queremos meditar con la ayuda de San Marcos y nos presenta al ciego de  Jericó que pide ayuda a Jesús, Hijo de David lo llama: “Ten piedad de mi”, fíjense que pedido más humilde y más hermoso. Y Jesús que lo oye y dice: “Llámenlo”, cuando se lo acercan le dice: “¿Qué quieres que haga por ti?”, “Maestro”, dice el ciego: “Que yo pueda ver” y el Señor le responde: “Vete, tu fe te ha salvado”. Enseguida comenzó a ver y lo siguió por el camino, continua el Evangelio.

 

Que manera de enseñarnos el Señor, que siempre tenemos que pedirle nosotros, pobres criaturas, pobres criaturas pecadoras, tenemos que pedirle al Señor, le tenemos que pedir todo lo que necesitamos y todo lo que soñamos, que es el sueño de Dios, encontrarnos nosotros con El. Y el ciego le dice:”Señor, que vea”,  quiere pedir la vista a Jesús, porque en realidad todo lo que vemos en don de Dios, la vista es para que veamos los dones de Dios, pero al final, el gran don es el mismo Jesús. Entonces, pidamos para nosotros, que lo veamos a Él, sabiendo que si nos dejamos llevar por la verdad de su persona, de su mensaje, de su amor, tendremos la verdad de todas las cosas fundamentalmente, porque todo procede de su Amor, para cumplir con su designio de amor para que nosotros seamos bendecidos, y así encontrándolo al Señor a lo largo de nuestro camino, lo encontremos definitivamente en la gloria.

 

Hoy también nosotros le tenemos que pedir al Señor, que yo pueda ver, que yo pueda verte, así pueda ver a mis hermanos, así pueda ver el sentido de mi vida, así pueda ver, conocer las razones que has tenido para conducirme por esta vida, y así pueda ver y comprender el amor infinito, que es la razón por la cual yo existo, la razón por la cual existiré para siempre. Gracias Señor!

 

Oleada Joven