Evangelio segun San Lucas 5, 27-32

viernes, 11 de marzo de
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Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".

Palabra de Dios


Monseñor Cesar Daniel Fernandez   Obipos Auxiliar de la Arquidiócesis de Paraná / Asesor episcopal para la Pastoral Juvenil

 

 

Queridos jóvenes, queridos hermanos todos, como acabamos de escuchar, el evangelio de hoy nos relata el llamado y la conversión del apóstol San Mateo. Recordamos Mateo es aquel que estaba sentado a la mesa del cobrador de impuestos y que escucho de Jesús que paso a su lado una palabra que lo transformo:”Sígueme le dijo Jesús” y él dejándolo todo, se levanto y lo siguió.
 
Jesús no viene a llamar a los justos, sino a los pecadores para que se conviertan. La llamada a los primeros discípulos que era gente ruda y sencilla, el perdón que Jesús ofrece a los pecadores, todo esto nos va revelando el rostro desconcertante del maestro, y ahora la escena del evangelio que acabamos de escuchar, Jesús invita a su seguimiento a un hombre doblemente despreciable por su oficio de recaudador y por ser colaboracionista con el odiado ocupante romano , pero nada se interpone ante el amor del Señor , nada puede apartarnos de su amor .El amor con el cual él es capaz de elegir del mundo del pecado , a cuantos se dejan interpelar por él , así lo hizo Mateo: Deja todo, se levanta y lo sigue.
 
En estas tres acciones, en este dejarlo todo, levantarse y seguir a Jesús se muestra que Mateo resucita a una vida nueva, a partir de su encuentro con Jesús, comienza a seguir a Jesús por los caminos de la misión.
 
Queridos jóvenes, queridos hermanos, yo pienso que bueno sería para mi y para cada uno de nosotros ponernos hoy en el pellesgo de Mateo, que no dejemos pasar de largo a Jesús, que nos dice que nos levantemos de todo lo que nos ata y que lo sigamos por el camino del amor, de todo eso que nos ata y que no nos deja amar de verdad, eso que no nos deja ser felices de corazón, eso que no deja que nuestro corazón se sienta lleno, repleto del amor de Dios y del amor de los hermanos. Por eso Jesús hoy nos mira con amor y misericordia, como miro a Mateo y yo pienso que nos tenemos que sentir un poco todos como él, para poder vivir la fiesta del perdón.
 
"No vine para buscar a los justos sino a los pecadores", dio su vida por todos, por mí, por vos. Que no nos perdamos el gozo de experimentar la misericordia, por estar encerrados en nosotros mismos, o justificarnos. Estamos viviendo la cuaresma, este tiempo que nos abre a vivir la misericordia del Señor, a dejarnos sanar por él, curar por él, para morir y resucitar con él a una nueva vida, la vida del amor.
 
Nuevamente esta cuaresma Jesús como lo hizo con Mateo, pasa al lado nuestro y nos invita a vivir con él la aventura de amar hasta el extremo, démosle gracias al Señor porque nos mira así con amor, con misericordia, cada uno lo diga con sus palabras, yo le comparto las mías: Jesús te doy gracias porque te seguís fijando en cada uno de nosotros, nos miras de verdad y sabes que no somos perfectos, que somos pecadores, que no estamos sanos, que el pecado enferma nuestro corazón , pero vos pasas una y otra vez a nuestro lado para que nos levantemos a la vida nueva junto con vos , queremos levantar nuestras manos , como una criatura para dejarnos levantar por vos , para vivir y celebrar en esta cuaresma la fiesta del perdón.
 
Queridos jóvenes, queridos hermanos, no nos perdamos esta nueva oportunidad de celebrar nuevamente su gran misericordia, que Dios nos bendiga a todos, con la gracia de su amor misericordioso. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo. Amén!
 

 

Oleada Joven