Evangelio segun San Juan 6, 30-35

lunes, 9 de mayo de
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En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús:  «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo.”» Jesús les replicó:- «Les aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan.» Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»

Palabra de Dios


P. Gustavo Gatto  Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María



 

Hola querido joven, querida joven de la Oleada, de este espacio de encuentro que vamos construyendo juntos.

 

Hoy tenemos la lectura que nos presenta la Iglesia, la primer lectura se nos cuenta en el libro de los hechos el martirio de Esteban, que se lo tilda como el primer mártir. Y si uno lee el texto, se da cuenta que el Martillo de Esteban está narrado de la misma forma que está narrada la Pasión de Jesús, la misma forma, las mismas palabras, las mismas expresiones. Esteban perdona a sus verdugos, entrega el espíritu.

 

Que interesante esto, el discípulo es aquel que vive y que muere como Jesús, ser discípulos es vivir y morir como Jesús, es seguir su vida, es hacer carne en nuestra vida la vida de Cristo. Y en el Evangelio se nos dice que Jesús dice “Yo soy el pan de vida” y cuando uno escucha “Yo soy el pan de vida” a uno se le viene al corazón la Eucaristía, la celebración de la Misa, la Comunión.

 

Entonces, si ser discípulo es vivir y morir como Jesús en torno a la comunión y a la Eucaristía, nosotros estamos llamados a tener una vida eucarística, que nuestra vida sea una Misa. ¿Y que es esto que nuestra vida sea una Misa? No es que tenemos que estar todo el día en Misa, no; es prestar atención por ejemplo a cuanto das vos, se dice cada vez que se celebra la Misa “Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo entregó”. Es decir, nuestra vida tiene que ser algo así, nosotros somos: bendecidos, elegidos, también pasamos por la experiencia de ser rotos, de ser partidos, pero para ser entregados.

 

Entonces, que lindo no? Estas cuatro acciones cuando nosotros podemos también entrar en el misterio de este Jesús que ya es alimento y vivir una vida Eucarística. Porque somos elegidos, bendecidos, somos muchas veces partidos y rotos por el sufrimiento por las experiencias que vivimos y estamos llamados a ser entregados a los demás, que nuestra vida sea fecunda.



 

Por eso también pidámosle al Señor poder vivir y también morir como Él, ser otro Jesús, otro Cristo en el lugar donde nos toca.

 

Que tengan una buena semana

 

Oleada Joven