Evangelio segun San Mateo 8, 18-22

sábado, 25 de junio de
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 En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente. En ese momento se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». 
Jesús le respondió:
«Los zorros tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Otro discípulo le dijo:
«Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi Padre».
Pero Jesús le respondió:
«Tú, sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».



Palabra de Dios




Pbro. Maximiliano Turri



“El Señor es bondadoso y compasivo.”

 

Así lo define el salmo que la Iglesia nos propone en el día de hoy, es el salmo 102.

La bondad y la compasión son las características que mejor lo retratan. La bondad es la natural inclinación a hacer el bien. La compasión es el sentimiento de dolor hacia quienes sufren desgracias.

 

Así es Dios, es bueno y sufre por lo que me pasa, no creemos en un Dios que castiga, ni en un Dios lejano, que no le importa lo que nos sucede. A veces se le pregunta a Dios: ¿por qué?, ¿por qué a mí?; como si Él hubiese sido la causa de mi desgracia, como si Él hubiese querido que yo sufra, verlo así a Dios es mirarlo como un Dios vengativo y que no tiene sentimientos, o lo que es peor, sentimientos horribles.

Esto no es así, a lo largo de toda la escritura se nos muestra un Dios que padece, que siente ternura, que va detrás del amor humano, que busca incansablemente al hombre a entrar en diálogo, a compartir la intimidad, a vivir una relación única e irrepetible, una relación puramente de amor.

 

“No nos trata según nuestros pecados, ni nos paga conforme a nuestras culpas”, sigue diciendo el mismo salmo. ¿Cómo sostener la teoría del castigo divino después de una afirmación así. La tentación es decir: como Dios es tan bueno hay que aprovecharse de su misericordia. Esto es en parte algo cierto, en el tiempo de misericordia que es un tiempo en el que Dios nos ha abierto las puertas de su corazón, también es verdad. El único tema es cómo nos tendremos que presentar nosotros ante Él, en qué condiciones, sobre todo, qué tanto habremos amado, cuando estemos delante suyo.

 

Esta es la mayor exigencia, debemos ser también nosotros bondadosos y compasivos. Entre nosotros debemos relacionarnos así, debemos intentar con su ayuda mantener vínculos donde podamos ejercer sentimientos cargados de ternura, cargados de bondad, debemos mirar a los demás con sentimientos de compasión, no de lástima; quien siente lástima mira desde una superioridad, quien siente compasión se acerca al dolor ajeno, en vez de señalar y juzgar, o lo que es peor, condenar.

 

La Palabra de Dios llegue a lo más profundo de nuestro corazón, y dejemos que penetre de tal manera que podamos ser transformados por ella y dar frutos de bondad y compasión.

 

Que tengas un hermoso día. Dios te bendiga.

 

Oleada Joven