Evangelio segun San Mateo 23, 13-22

domingo, 14 de agosto de
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 En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: 
«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto, y cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por Aquél que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquél que está sentado en él».



Palabra de Dios




Pbro. Maximiliano Turri



“Y el ángel se alejó”.

 

Con estas palabras el evangelista Lucas nos cuenta cómo María quedó después de semejante noticia. El ángel le había dado la misión que marcaría toda su existencia, misión que estará marcada por el ángel y su aparición, pero que habría de perder toda dimensión sobrenatural y caería en la más llana y cotidiana realidad.

El ángel se alejó, lo sobrenatural del llamado ya no está, ni efectos, ni destellos llamativos; solamente lo cotidiano, lo que no reviste ningún atractivo, la rutina que nos aplasta y que todos muchas veces padecemos.

 

María perdió así toda manifestación sobrenatural, llevar adelante el embarazo no habrá tenido nada de mágico, nada de llamativo, salvo lo que será el nacimiento y algunos de los pasajes en el Evangelio que ya conocemos, que nos destacan quién era su hijo, pero en sí todo, absolutamente todo en la vida de María, de su hijo y José hablaba de rutina, de vida cotidiana, de cosas aburridas, de actividades repetidas hasta el hartazgo; como te pasa a vos, como muchas me pasa a mí también.

 

Así es Dios, así actúa, se esconde detrás del rostro de todos los días, una rutina cargada de su presencia, un Dios que hay que hallarlo en lo simple, en lo que pasa desapercibido, en lo que se confunde con lo de siempre. Desde que Dios se ha encarnado, Dios comparte toda la vida con el ser humano, no hay vida humana y, por lo tanto, monótona y rutinaria en la que Dios no se haga presente.

 

Hoy es un hermoso día para presentarle a Dios por medio de María qué situaciones te aplastan, qué situaciones te agotan, qué momentos de tu día te son una rutina asfixiante. Ahí Dios quiere decirte que está, que no te abandonó, que no te ha dejado, que está con vos, que te acompaña.

 

Ojalá podamos hallar a Dios presente en la rutina en la cual cada uno de nosotros está; eso se lo pedimos especialmente hoy a María.

 

Que Dios te bendiga. Que tengas un hermoso día.

 

Oleada Joven