Evangelio según San Mateo 20, 1-16

viernes, 16 de septiembre de
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: 
«El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 
“Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo”. 
Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo la mismo. Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo:
“¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?” 
Ellos le respondieron:
“Porque nadie nos ha contratado”.
El les dijo:
“Vayan también ustedes a mi viña”.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador:
“Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros”. 
Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 
“Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora y, sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor”.
Pero él respondió a uno de ellos:
“Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?”
De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos». 
 
Palabra de Dios
 
 

 

P. Ariel Weimann  Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Corrientes

 

 

 

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