Evangelio según San Juan 1, 1-18

viernes, 30 de diciembre de
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En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."" Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Guillermo Feldmann Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Quilmes


Hoy terminamos el año y el Evangelio nos invita a reflexionar sobre este texto de Jesús, que se conoce con el nombre de Prolu, en el se destaca el poder de la Palabra de Dios, que llega al mundo desde los principios de los tiempos. Todo fue creado cuando Dios pronuncio su Palabra, desde la luz hasta la propia vida. Dijo Dios: Haya luz, y la luz existió, dijo Dios: Hagamos al hombre a imagen y semejanza, y el hombre existió para que viva como hijo de Dios. Sin embargo, el texto también nos dice que esa Palabra no fue recibida por los hombres, a pesar de que Dios se manifestó a través de las cosas creadas e incluso habló a través de muchas personas, pero Dios no se cansa, Dios no se echa  atrás y sigue insistiendo, y es por eso que  desde su infinita misericordia, quiso hablar una vez más, ahora de una manera más clara y por eso la Palabra que existía desde el principio se hizo carne y habitó entre nosotros. Su nombre es Jesús, el que Salva, el que sale a nuestro encuentro.

Creo que al finalizar este año, donde uno generalmente hace un balance de lo vivido y donde también se propone algunas metas para este año nuevo que comienza, sería también una buena oportunidad para que hagamos un compromiso con la Palabra de Dios que llega a nosotros, una Palabra que como dice el Evangelio nos trae luz y vida, una Palabra que quiere instalarse en los corazones para que experimentemos que Dios está de nuestro lado y quiere lo mejor para nuestra vida. Te invito a que tomes la Palabra, la leas, la reflexiones y como dijo María en las Bodas de Canaá: Hagamos todo lo que él nos diga, o dicho de otra manera, hagamos todo lo que la Palabra hecha carne nos diga. Amén.

 

Feliz y Buen comienzo de año, que sea de  bendición  para vos y que el Señor acompañe de cerca tus sueños y proyectos.

 

 

 

Oleada Joven