Señor, enséñanos a orar sin olvidar el trabajo…
A dar sin mirar a quién…
A servir sin preguntar hasta cuando…
A sufrir sin perder la fe…
A progresar sin perder la simplicidad…
A hacer el bien sin pensar en resultados…
A disculpar sin condiciones…
A marchar para el frente sin contar los obstáculos…
A creer sin malicias…
A escuchar sin herir…
A comprender al próximo, sin exigir entendimientos…
A respetar los semejantes sin reclamar consideraciones…
A dar lo mejor de nosotros.
Enséñanos también la ejecución del propio deber, sin cobrar reconocimiento…
Enséñame Señor, a caminar en las sombras, que yo sabré procurar la luz, amén!