Señor, enséñame a ser compasivo con los que sufren:
con los pobres, los enfermos, los huérfanos, los ancianos, las viudas.
Quiero saber cómo manifestabas tus emociones, incluso hasta llorar.
Quiero aprender cómo manifestaste tu dolor en la cruz, el abandono del Padre…
Enséñame, Señor, tu modo de tratar con los discípulos, con los niños,
con los fariseos, con los pecadores o con Pilatos y Herodes.
Comunícame la delicadeza con que tratabas a tus amigos.
Enséñame tu modo de mirar, como miraste a Pedro
cuando lo llamaste a seguirte o lo levantaste de su caída,
como miraste al joven rico que no se decidió a irse contigo,
como miraste a las gentes que andaban como ovejas sin pastor…
Enséñame, Señor, a actuar como Tú, en las cosas pequeñas y en las grandes,
siguiendo tu ejemplo de total entrega al Padre y a los hombres.
Dame tu gracia, Señor, que llene de vigor y fortaleza mi vida
y que aprenda a proceder siempre conforme a tu Espíritu.
Que así sea!
Pedro Arrupe S.J.