Cuando comencé a quererte y seguirte, no imaginé que
a veces, el precio por hacerlo iba a ser tan alto.
Me asustan los que son hostiles a Vos, y por tanto a mí,
y tengo la tentación de huir y esconderme.
Sé que me prometes tu espíritu, pero muchas veces
me siento solo y me incomoda este conflicto por tu Iglesia
por tu Reino, por defender la paz y la justicia…
Señor no quiero fallarte, quiero aprender a ser tu testigo!
¿Quién podría creer que un Dios tan poderoso y sabio
pudiera mezclarse con lo más cotidiano de la vida,
para poder entrar en la pequeñez humana?
Que fuerza me da verte escondido en un libro que me prestan
En una canción que oigo, una foto que me habla,
una llamada que espero, un amigo que me abraza,
un proyecto que se engendra, una familia que me acoge…
…..¡ y un niño que nació!
Hna. Glenda