Rompecabezas de fin de año

viernes, 30 de diciembre de
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El recorrido de éste año calendario está llegando a su fin y no es raro que aparezcan cuestiones como: ¿fue un gran año o lo dejé escapar? ¿lo disfruté o fue una carga? ¿alcancé lo que me propuse o conquisté nuevas metas? y así muchas otras tantas. 

Pero antes de hacer balances que sirvan de peldaño para lo que se viene, cuando llego hasta éste momento del Camino, busco abrir primero las manos de mi corazón para ofrendar cada segundo de ése “todo”, sin dejar que nada se escape.

Ésto me llevó a posar la mirada en aquellos momentos que me llenaron de Vida. Me sorprendió porque poco a poco volvieron a latir fuerte en mi corazón esos “detalles” y no eran pocos; ¡gracias a Dios eran muchos y de los más variados!

Algunos tenían forma de mates, de llamadas telefónicas, de paisajes. Tenían distintos rostros, gestos, historias. Venían en forma de letras, en fotografías, en abrazos, en corazones compartidos. Bellos horizontes y diferentes vientos. Encontré noticias, miradas y hasta mariposas que parecían invitarme a jugar. Había desafíos, música, locuras, Eucaristía, pinceladas fraternas, atardeceres, barriletes…
 
 
¡Qué bello es no dejarlos escapar y volverlos a revivir! Hasta creo que descubrí hoy ésos momentos llenos de Vida que tal vez cuando sucedieron no los percibía así. Y cuando uno mira su vida como paisaje de Dios que es, descubre muchos detalles, pinceladas sin igual que nos llenaron el alma por amor de Él. Descubrimos que Él estuvo (y está) siempre, sólo que a veces se esconde pero siempre llega a nosotros y es de lo más creativo por cierto.

Estoy segurísim@ que cuando reúna aquellos momentos llenos de Vida y esos otros tantos duros en los que buscaba ésa Vida, descubriré que todos están unidos, que unos sostuvieron a otros. Que las piezas pequeñas unen a las más grandes acortando distancias, que las piezas con más recovecos son rodeadas por las más simples. Cada una será esencial, cada una tendrá su misión y las ofrezco para maravillarme que al unirlas se formará el Rostro: ¡de Cristo!
 
barrilete

 

Luz Huríe