Ser Jóvenes es…

miércoles, 7 de diciembre de

 

SER JÓVENES quiere decir tener la sencillez de Natanael, que, después de manifestar su perplejidad sobre el Nazareno: “¿De Nazaret puede venir algo bueno?” (Jn 1, 46), no sabe resistir a la mirada de Jesús que llama, y lo sigue sin cálculos.



SER JÓVENES quiere decir lanzarse, como Pedro y Juan la mañana de Pascua (Jn 20, 4), a una carrera impetuosa, con el corazón latiendo apresuradamente por el amor tiernísimo a Jesús.



SER JÓVENES significa tener la misma obstinación de Tomás en el cenáculo ante los relatos de la resurrección, una obstinación transformada en el impulso de quien se fía completamente de aquel que es percibido como único “Señor” y “Dios” (Jn 20, 28). ¿No es esto lo que también ustedes repiten con entusiasmo a Jesús cada día?



SER JÓVENES significa sentir el deseo de una vida plena, como el joven rico expresó una vez a Jesús (Mc 10, 17), y, al mismo tiempo, vencer la debilidad que no permite desprenderse de sí mismo y de las falsas seguridades.



SER JÓVENES es hacer la experiencia de Lázaro, que pasó por la enfermedad y la muerte, para participar en la alegría sin límites de la vida nueva dada por Cristo (Jn 11, 44).



SER JÓVENES significa, por último, gustar la compañía de Jesús y escuchar“boquiabiertos” sus palabras, en la cálida acogida de un hogar como el de Marta y María (Lc 10, 42).

 

 Beato Juan Pablo II

Discurso a los jóvenes de Acción Católica, 08/12/2001

 

Oleada Joven