El Señor es mi pastor!
Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas, y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza, y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan, a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor,