Evangelio Segun San Mateo 18, 21-29

miércoles, 11 de agosto de
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En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?". Jesús le contestó: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete".

Y les propuso esta parábola: "Se parece el Reino de los cielos a un rey que quiso ajustar cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía tres mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo". El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo extrangulaba diciendo: "Págame lo que me debes". El compañero, arrodillándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré".

Pero él se negó, y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?". Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo si cada cual no perdona de corazón a su hermano". Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.

Palabra de Dios





Reflexión: Monseñor Estanislao Karlic | Obispo emérito de la Diócesis de Paraná

 




Queridos amigos, queridos hermanos, nos encontramos otra vez por gracia de Dios; Dios ha empezado ya a amarnos y quiere hacernos mucho bien, tanto que quiere entregarse Él mismo a nosotros. Y para ello, hoy nos quiere hacer meditar acerca del perdón, que es una verdad fundamental que tratan las líneas del Evangelio que hoy la Iglesia pone a nuestra consideración.

San Pedro pregunta a nuestro Señor, y el Señor le dice “Sí, hemos de perdonar, y perdonar setenta veces siete”, es decir, perdonar siempre. Esta afirmación tan propia del misterio de Cristo, tan propia de nuestra vida cristiana, la tenemos que asimilar profundamente, tenemos que gozar de haber aprendido este misterio, para asemejarnos al Señor y para enseñarla a nuestros hermanos en este tiempo tan necesitado del corazón de Dios para transformar su conducta.

Nosotros tenemos que decir, entonces, que somos llamados al amor, esa es la ley. No solamente somos llamados al amor de Dios y del prójimo, sino que estamos llamados a perdonar a quien nos ofende, y así vivir esta verdad de fraternidad que el Señor quiere que regule nuestra relación con todos los hombres.

Perdonar es perdonar setenta veces siete, no sólo en la familia, no sólo con los vínculos más estrechos, sino con todos tenemos que tener esta ley; hasta el perdón, y el perdón repetido, permanente, hasta el perdón muriendo por el que nos ofende. Así murió Jesús, así siguen muriendo otros cristianos en el mundo, nosotros queremos aprender esta ley; esta es la ley de Jesús, esta es la ley de los cristianos.

Dejémonos llamar hoy por Dios a esta conducta, el Señor hoy nos está dando gracias para vivir según esta norma, creamos en el poder y en el amor de Dios; y así habremos enriquecido el mundo, enriqueciéndonos nosotros con Él.

Esto lo hemos dicho en este día que es señalado como día internacional de la juventud. Celebremos la gracia de la juventud, porque no es solamente gracia para los jóvenes, sino para todos los hombres que debemos conservar nuestro corazón con las riquezas de la juventud, que son riquezas de Dios.

Que Dios los bendiga.

 

 

 

Oleada Joven