Evangelio segun San Mateo 16, 1-20

martes, 17 de agosto de




En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: "Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado". El les dijo: "Id también vosotros a mi viña". Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros".

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno". El replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".

Palabra de Dios




Reflexión: Monseñor Santiago Olivera | Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje


El texto que tenemos para reflexionar hoy, que comúnmente lo conocemos como la parábola de los obreros de la viña, me parece lindo que podamos llamarlo como la del amo generoso. Ustedes recuerdan seguramente, todos los jóvenes hemos escuchado , han oído , han leído y hemos tantas veces reflexionado sobre la parábola del hijo prodigo que también se podría llamar , casi con mayor justicia, la parábola del Padre misericordioso. Esta parábola en la que el Señor llama a los obreros a distintas horas y les promete un pago, podríamos llamarla del amo generoso , del patrón generoso.

 

Este texto, confieso,  siempre me conmueve a mi porque actualiza la generosidad de Dios, la maravilla de saber que Dios va llamando, este amo o este patrón va llamando a toda hora y no como un modo humano a veces, de trato comercial que tenemos con Dios. Hay una canción que dice,  que Dios esta en un mostrador, que da para recibir, ese no es Dios. Dios da, Dios invita, Dios ofrece. Dios llama a todos, no solamente llama a un pueblo sino que llama a todos los hombres. No calcula nuestras relaciones llama siempre.  Creo que a veces los que fueron llamados a la primer hora de esta parabola  no entendieron que ser llamados por el Señor no es solamente el pago que se recibe al final del día, el mejor pago seguramente ha sido o debería haber sido experimentado así, por haber sido elegidos ,llamados a participar, a ser útiles , a colaborar con la creación y con la construcción de algo mejor como es Él,. Ese el mejor pago que sienten que se quejan que los que llegaron últimos cobran como los primeros es que no entendieron que el mayor salario o el mayor don o el mayor pago es estar trabajando desde el primer momento no.

 

Esta es la alegría de ser cristiano. El ser cristiano no es una carga sino que es el encuentro con Jesús, es el encuentro gozosos que nos llena de alegría. Y a veces uno escucha en algunos "bueno uno vive una vida bien, y los del final se convierten y reciben lo mismo,"… Yo digo "gracias a Dios que todos podamos convertirnos". Pero debemos dar muchas gracias a Dios por haber sido llamados en las distintas etapas de nuestras vidas, por haber sido llamados y haber gozado de la presencia del Señor. Y debemos también solidarizarnos con este amo que va en la búsqueda de todos porque no deja a nadie excluidos y sale a cada hora, a cada rato a buscar mas gente.

 

Este amo que es Dios no se deja ganar en generosidad y por lo tanto también además de experimentar esa generosidad en nuestras vidas tenemos que pedirle a Dios el siempre ser generosos nosotros porque lo mas parecido a Dios es , digo yo,  su generosidad. Nosotros le damos a Dios pero Dios nos da muchísimo más. Dios nunca se deja ganar en generosidad ,El es una maravilla.

 

Entonces pidámosle que podamos descubrirlo siempre, esa bondad del Señor esa cercanía suya, esa mirada tierna que nos invita a trabajar en su viña.
 

 

Oleada Joven