Evangelio segun San Lucas 17, 11-19

martes, 9 de noviembre de
image_pdfimage_print

En aquel tiempo, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". Al verlos, les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes". Y mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado".

Palabra de Dios


Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

En este miércoles también la Iglesia nos presenta una memoria, para tener en consideración, que es un gran Papa, un Doctor de la Iglesia: San León Magno. Un papa que ha sido un gran conocedor de la teología, de la ciencia sagrada, pero fundamentalmente un buen pastor. Es importante, que en esta memoria demos gracias a Dios por este hombre de Dios en el siglo V, pero que realmente ha sido tanto para la Iglesia y nos sigue enseñando.
 
 
         El texto del evangelio que hoy la Iglesia nos propone, a mi siempre me conmueve porque es la curación de los diez enfermos de lepra de los cuales uno solo, que es extranjero samaritano, vuelve a agradecer y merece este solo agradecido la felicitación de parte de Jesús y también el gozo y la salvación que por la Fe Jesús le da. “Tu Fe te ha salvado”.   Esto es la alegría de haber sabido descubrir el paso de Jesús por su vida.  
 
Yo siempre digo que la gratitud es evangélica ciertamente evangélica; deberíamos al terminar cada día la jornada darle gracia a Dios por lo que nos fue dando, para no caer como los otros nueve que confiaron en Jesús y que fueron a presentarse a los sacerdotes, confiaron en la palabra de Jesús y una vez que se curaron no han sabido reconocer el paso extraordinario  de Jesús sobre su vida.   Cada noche deberíamos decir "Gracias Jesús por lo que nos diste".  En cada misa decimos, en el prefacio "es cosa buena y justa nuestro deber y fuente de salvación darte gracias siempre". 
 
         Estos diez leprosos , estos diez enfermos de lepra, nos han enseñado por una parte la confianza de dirigirnos a Jesús: "ten piedad de nosotros". Esto es muy lindo así tenemos que ir a Jesús , pero solo uno merece, el don de la fe, la Fe lo salvó, esa Fe que se puso en camino, una Fe que se pone en acto… Los diez tuvieron esa Fe, porque confiaron, pero sólo uno realmente encarnó esa fe; solo uno supo descubrir que en ese que le mandó presentar al sacerdote estaba la misma presencia de Dios
 
         Vamos a pedirle a Jesús que nos ayude. Justamente  que esto que le dice al enfermo curado "Tu fe te ha salvado", también sea una realidad en nosotros, que podamos ser agradecidos y podamos ser capaces de admirarnos y sorprendernos por el paso salvador de Jesús en nuestra vida.
 
 
 

 

Oleada Joven