Evangelio segun San Lucas 21, 5-11

viernes, 19 de noviembre de
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En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido."

Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?"

Él contestó: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca", no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida." Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.



Palabra de Dios


 

Monseñor Fernando Maletti  Obispo de la Diócesis de Bariloche



Queridos Jóvenes, queridos muchachos y chicas, los invito a que compartamos la Palabra de Dios que la liturgia nos ofrece en este día. Hoy ya terminando el mes de Noviembre, estamos celebrando los últimos días del Año Litúrgico. El Domingo pasado fue Cristo Rey y estos días posteriores ya nos van llevando a comenzar el fin de semana que viene el tiempo del Adviento, las cuatro semanas de preparación para la Noche Buena y la Navidad.

 

Y este martes, el Evangelio nos llama a todos a ser fieles, es decir, a pulirnos cada vez más en el camino de la santidad. Y entonces, estos tiempos medio apocalípticos del fin del Año Litúrgico, estos tiempos donde se nos habla del fin del mundo y del Juicio Final, porque litúrgicamente corresponde, que hermoso que sepamos que vamos a ser juzgados en el amor, en la tarde de la vida me juzgarán en el Amor. El amor no es color rosa, el Amor es color sangre, el Amor es dar la Vida, el Amor es jugarse por los demás, el Amor es entender que si Dios está con nosotros, quién contra nosotros; el Amor es privilegiar el bien común, es darle más lugar en nuestro corazón al hermano, al otro, en especial al que sufre, que a nuestras ambiciones personales, o nuestros sueños, o nuestros horizontes particulares.

 

Ésta fidelidad heroica, que nos pide Dios, es lo que nos hace tremendamente felices y que caminamos alegres y en paz en la vida. Por eso, cuando Jesús habla en el Evangelio de hoy de San Lucas 21, 5-9, de que en el templo no va a quedar piedra sobre piedra (al templo de Jerusalén se refería), va a ser destruido pero será reconstruido en Su muerte y en Su Resurrección.

 

Que también nosotros derribemos los templos de la idolatría, del egoísmo, del consumismo, los templos también de la tentación, de la violencia o de la droga y el alcohol, también los templos del sexo sin amor y podramos realmente construir el Templo con mayúscula, donde habita el Señor y donde Dios y nosotros, mayoría absoluta, hacemos plenitud de la felicidad, en una vida realmente atractiva, para nosotros mismos y para los demás, porque lo que tenemos de paz, felicidad y alegría, transforma realmente para bien nuestra vida y la vida de los demás.


Que el Señor los bendiga y los acompañe y les de la gracia que más necesitan y que todos ustedes queridos jóvenes, puedan vivir realmente esta preparación al tiempo de Adviento que vamos a comenzar el fin de semana que viene, con un espíritu de renovación interior y conversión.

 

 

 

Oleada Joven