Evangelio segun San Lucas 21, 20-28

miércoles, 24 de noviembre de
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En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.

Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación".

 

Palabra de Dios


 

Monseñor Luis Alberto Fernandez  Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires



 

El creyente cristiano debe ser consciente que la existencia tiene sentido, que su vida tiene sentido, que no se puede vivir sin tener exigencias, sin asumir responsabilidades en la vida.

 

En la vida vamos madurando, desde aquella pequeña semilla del amor del varón y la mujer, nuestros padres, hasta esa plenitud que no sólo está en lo físico, en lo intelectual, en lo psíquico, sino esa madurez fundamental que se da en la plenitud espiritual y que se alcanza con la sabiduría; que la va dando, es cierto, el paso del tiempo, la experiencia de los años, pero mucho más lo va haciendo la cercanía y la amistad con Jesús, que crece día a día. Es en esa amistad con Él que nos enseña a asumir la vida con fe, haciendo el camino cada día, con la certeza de su presencia viendo y sintiéndonos amados, aún en medio de las pruebas y dificultades de cada instante, pero que en el fondo caminamos confiados, como viendo y sintiendo al que invisible permanece al lado nuestro, más real que nosotros y nos anima.



Por eso en medio de las tempestades, sequedades, esterilidades de la vida, como acaba de ocurrir con esos mineros, allá en Chile, cuando todo parecía tiniebla, muerte, desesperanza… el cristiano vive de esa virtud, la esperanza. Sumergidos en ese mar sin límites del infinito amor de Dios y desplegamos nuestra vida serenamente, dejándonos llevar por el viento ardoroso del Espíritu y guiados y conducidos por ese único timonel, Jesucristo, que va llevando nuestra vida, como una barca hasta el puerto tan deseado que es la casa del Padre.

Por eso nos dice Jesús en el Evangelio de hoy “Tengan ánimo y levanten la cabeza”; como nos decía el Papa Juan Pablo II en aquella visita a los argentinos “Argentina, levántate y camina”, como hemos visto levantarse unido al pueblo chileno en unidad para salvar a esos treinta y tres mineros.

 

No son tiempos los nuestros para bajonearnos o andar de brazos cruzados viviendo de arriba, de nuestros padres, o de conquistas pasadas de nuestros abuelos. Hoy se nos pide, y en especial a los jóvenes vivir con una vida plena, buscando, yendo hacia los hermanos que también esperan que alguien les diga que existe una vida plena, llena de sentido, que te libera de las esclavitudes, de la droga, de la violencia, de la injusticia, de la exclusión, donde a veces nos sentimos como sobrantes de esta sociedad.

 

Qué lindo queridos jóvenes que así como solés hacer,  ayudes, no sólo a levantarte vos, sino también con alegría, con tu estudio, con tu canto, con tu trabajo solidario, cuando misionas o cuando ayudas a levantar esos techos a los que están sin vivienda, cuando vas de campamento y vivís con alegría o ayudas a un anciano; respetas la pureza de tu cuerpo y de tu novia, queriendo formar una familia en serio. No dudes que con Jesús estás liberando en serio esta Argentina y este mundo.

 

 

Oleada Joven