Cada 17 de Septiembre se recuerdan las estigmas de San Francisco de Asís, compartidas muchos años más tarde por el Padre Pío de Pietrelcina, fraile franciscano capuchino. Las estigmas son las impresiones en el cuerpo de las llagas de Cristo, por un fenómeno extraordinario y divino.
San Francisco vivía intensamente el año litúrgico. Su forma de “celebrarlo” incluía las llamadas “cuaresmas”. Eran largos periodos de alrededor de cuarenta días dedicados a la oración y el ayuno en preparación de alguna fiesta importante. Precisamente en la preparación a la fiesta de san Miguel, dos años antes de su muerte se produjo la impresión de las llagas, el 14 de septiembre, fecha en que ya la Iglesia celebraba la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
El Pobrecito había recibido en grado extremo el deseo de querer asemejarse en todo a Jesús desde los mismos inicios de su conversión.
…”Me sè de memoria a Cristo, pobre y crucificado”…De sus escritos, de su Oficio de la Pasión, de sus oraciones, surge ese ardiente deseo de configurarse con el Maestro.
Tomás de Celano dirá: “Bien lo saben cuantos hermanos convivieron con él: que a diario, que de continuo, traía en sus labios la conversación sobre Jesús: que dulce y suave era su diálogo; qué coloquio más tierno y amoroso mantenía. De la abundancia del corazón hablaba su boca,y la fuente de amor iluminado que llenaba todas sus entrañas, bullendo, saltaba fuera. Jesús en el corazón, Jesús en los labios, Jesús en los oídos, Jesús en los ojos, Jesús en las manos, Jesús presente siempre en todos sus miembros”… (1 Celano IX 115)
San Francisco, que había fracasado en su intento de morir mártir en oriente, tuvo su crucifixión incruenta, pero no menos dolorosa en el monte Alvernia. Su amor por el crucificado, llevaron a que compartiera su misma suerte.
La impresión de los estigmas suscito a la cristiandad desde entonces la misma pregunta que el hermano Maseo: “¿Por què a ti?¿Por qué a ti las llagas?”
La convicción generalizada es que Jesús confirmo con un doloroso logotipo el camino de Francisco, camino evangélico como el de tantos otros santos, pero de una absoluta novedad. Francisco es absolutamente original desde la contemplación de un Padre común que nos hace hermanos con todas las criaturas…
Francisco es poesía, es pobreza, es servicio, es alegría, libertad. Francisco es el símbolo universal de la Paz. Muchos grandes santos han tenido un poquito de cada una de estos dones. Francisco lo tuvo todo… y en abundancia. Por eso tiene un mensaje para todos los hombres de todas las épocas.
¡Bendito seas Francisco! Tu que conociste el amor de Jesús en grado extremo también comprendiste las flaquezas de tus hermanos y no pusiste sobre ellos cargas que no pudieran llevar!
Tú comprendiste cuanto hay de gracia en todo lo que recibiste del Señor. Por eso te pedimos acoger a nuestros hermanos con el espíritu de cortesía que tú nos enseñaste. Que vivamos que son un verdadero don del Señor. Que todo el que se acerque a alguno de tus seguidores se vaya con la experiencia vital de se reconocido, aceptado, amado en el Señor Jesús. Que todos los que nos conozcan puedan contagiar un poco mas de la alegría del Evangelio.
Fuente: adaptación del artículo Los estigmas de San Francico