Señor, al levantarme te doy gracias
por el don de la vida y del amor.
Hoy, quiero pedirte que me des la
capacidad de saber escucharte con
el alma dispuesta y el corazón dócil
y abierto a tus inspiraciones.
Necesito encontrarme contigo en la oración,
que me des tu fuerza y tu poder para poder sentir
con humildad cada una de las manifestaciones
de amor que a diario pones a todo mi alrededor.
Quiero poder decirte con veracidad
que por Ti daría mi vida, pero luego
me acuerdo de Pedro, quien sintió el pánico venir
y por su debilidad dejó que su corazón
se inundara de miedo y negó hasta tu amistad.
No quiero dejarme llevar tampoco
por mis decisiones humanas, sino
que sea tu Palabra mi guía,
pues no quisiera terminar como Judas, quien,
habiendo sido testigo de tus milagros,
vendió su salvación por el afán del dinero.
Oh mi Dios, mi gran consuelo,
muchas veces lloro mis pecados,
mis malas inclinaciones y vicios me atormentan
y angustian mi alma, soy débil,
pero tu Santo Espíritu me anima a levantarme
y a seguir adelante.
Sé que seguirte exige una entrega total
y sacrificio de muchas cosas,
pero aun así me acerco a Ti para que
me libres de mis egoísmos, de mi orgullo
y de todo aquello que no me permite
donarme a tu proyecto de vida.
Eres el amigo que no defrauda,
el que nunca abandona y el que,
en la aparente derrota, manifiestas tu grandeza
y me levantas victorioso.
Te amo, eres el dueño de mi vida,
confío en que estás a mi lado
y me das la fuerza para enfrentar
todas mis dificultades.
Amén
Qriswell J. Quero