Señor Jesús, Tú conoces mi flacura y debilidad,
sabes con qué dificultades entro en la gruta oscura,
temblando mucho más que
Pedro al acudir a Ti caminando por las aguas
y hundirme en mis temores.
Poco, nada alcanzo con mi sola fuerza.
Necesito de Ti a cada instante,
en este duro navegar sobre el mar de la vida.
La oración constante me sostiene,
aunque a veces son pequeñas gotas de agua
las que caen en esa tierra seca de mi corazón.
Señor dame la gracia de una fe
que pueda mover montañas,
y partir las rocas de la apatía y el desgano,
la indiferencia y la limitación.
Enciéndeme en tu fuego Sagrado,
para que ardiendo intensamente
irradie tu poderosa luz y amor
a todos cuantos a mí se acerquen.
Sé por tu Palabra que una multitud
de pecados Tú perdonas a
un corazón lleno de amor.
Oh mi Dios y Señor,
concédeme esta gracia,
para que el desvelo de este
tiempo de prueba rinda el fruto necesario
para mi purificación y salvación.
Tú eres mi esperanza.
Que jamás deje yo de perseverar
en esta búsqueda de tu amor misericordioso.
Mira Señor que a Ti confío mi alma.
Amén.