Enséñame a escuchar, oh Dios,
a los que están más cerca,
mi familia, mis amigos, y mis compañeros de trabajo. Ayúdame a ser consciente de que, cualquiera que sean las palabras que oiga, el mensaje: <<Acéptame como soy. Escúchame>>.
Enséñame a escuchar, oh, Dios compasivo, a los que están lejos el susurro de los desamparados, la súplica de los abandonados, el llanto de los angustiados. Enséñame a escuchar, oh Dios, oh Madre a mí mismo.
Ayúdame a tener menos miedo y a confiar en la voz dentro de mí en lo más profundo de mí. Enséñame a escuchar, Espíritu Santo, a tu voz en el trabajo y en el aburrimiento, en la certidumbre y en la duda, en el ruido y en el silencio. Enséñame, Señor, a escuchar. Amén.
John Veltri. S.J. Adaptación