Ser conducido al encuentro de la Salvación

miércoles, 4 de diciembre de
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Levanto los ojos de mi alma, el tiempo de la Salvación está cerca.

La esperanza encuentra sitio en mi vida para ir al encuentro confiadamente que la promesa de Salvación se cumplirá.

La Salvación tomará la forma de humanidad, habitará en medio nuestro, su morada será también nuestro hogar.

Las personas que no son tenidas en cuenta en lo cotidiano, por el estilo de vida que llevan -pobres, pastores, campesinos-, gozarán de cerca la Salvación.

Del Oriente y del Occidente se congregaran los reyes de la tierra para adorar al Único Rey que traerá la Salvación.

La justicia, la paz y la alegría será realidad en nuestra vida diaria.

Espíritu Santo, ayúdame a esperar, a confiar, a no bajar la mirada de mi alma.

Enséñame Espíritu Santo, a caminar en este adviento de una manera nueva y novedosa,

que este tiempo de Gracia no me pase de largo sin abrigar en mi vida la Promesa de Salvación.

Condúceme Espíritu Santo al encuentro de la Salvación -Jesús- el Dios con nosotros hecho hermano.