Martes 24 de Diciembre del 2020 – Evangelio según San Lucas 2,1-14

lunes, 23 de diciembre de
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En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.

José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.

De pronto, se les apareció el Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Angel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.

Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.

Y junto con el Angel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!”.

 

Palabra de Dios


 

Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba y delegado episcopal para la Pastoral de Juventud

 

¡Hola querida audiencia de Radio María! Bueno, qué cerquita estamos esta mañana de celebran la nochebuena y el texto del evangelio de hoy, nos cuenta cómo fue: ¡el origen de Jesús!. Ese origen “terreno” ¿no?, porque sabemos que es eterno, junto al Padre y al Espíritu Santo. ¿Pero, cómo, en Él, junto a este gran protagonista de esta historia que es el Espíritu Santo, se va realizando la historia de la salvación? Y confluyen 2 grandes sueños: el sueño de Dios y en el “sí” de José y en el “sí” de María, también empiezan a soñar la salvación del hombre.

María dice “sí”, al Espíritu, al ángel que viene de Dios. José dice “sí”, al ángel que viene de Dios y allí entre éste hombre y esta mujer, Dios, la historia de salvación comienza a caminar.

Le pondrán por nombre Jesús, les ha dicho el ángel, a María. Se lo dice a José y también para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el profeta: “una virgen concebirá y le pondrá el nombre Emanuel, Dios con nosotros”.  Dios que dice “sí” al hombre y a la mujer de todos los tiempos, para traerles, acercarles, la salvación.

Un hombre, una mujer, dicen “SI”.

El sí maravilloso de María.

El sí sencillo, silencioso de José.

La obra de salvación está caminando entre nosotros. Este Dios, que se hace uno de nosotros. Este Dios que en Jesús camina de ahora en más para nosotros, nace como un niñito ¡eh!. Podríamos decir, la historia de salvación empieza a caminar, (¡Jesús no!). Jesús nace como cualquiera de nosotros y es puesto en un pesebre.

Ahí está la obediencia de José. Ahí está “el Sí” de María. Ahí está “el Sí” de Dios, al hombre y a la mujer de todos los tiempos a la historia de salvación. Dios que busca, que insiste, que espera en salvarnos del pecado y de la muerte. Esta noche no dejemos de pensar ¿no? cuándo elevemos nuestras copas, cuando brindemos, cuando celebremos la misa de la nochebuena, no dejemos de pensar en este gran sueño de Dios que es nuestro sueño. Queremos compartir el sueño que Dios tiene para nosotros y desde nosotros: la gracia de poder soñar. Pidamos eso: “la gracia” de poder soñar como José y como María y descansar en el sueño de Dios. ¡Una muy feliz Navidad para todos! Que Dios nos siga bendiciendo. ¡Que Dios nos siga haciendo soñar los sueños que el quiere para nosotros!