Sábado 29 de Febrero del 2020 – Evangelio según San Lucas 5,27-32

viernes, 28 de febrero de
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Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”.

El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: “¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?”.

Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.

 

Palabra de Dios

Padre Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Estamos comenzando a transitar este tiempo litúrgico fuerte de preparación a la pascua que llamamos cuaresma. Son estos tiempos que somos invitados de un modo particular a mirar hacia adentro y mirar hacia afuera. Somos invitados a la conversión como gracia.

Y lo fundamental para vivir en el camino de la conversión es sentirnos necesitados de esa conversión, sentirnos incompletos, débiles, enfermos…. Esa es la invitación del evangelio de hoy. No son los sanos, son los enfermos los que necesitan del médico, son los pecadores los que se juntan con Jesús, los que reconocen que Jesús tiene algo que ellos no tienen.

Esa es la clave para vivir la cuaresma, sentirnos necesitados de Dios y descubrir que la conversión no es solamente personal, sino como nos invita Francisco con su Pontificado la conversión es personal, comunitaria, social, cultural, ecológica.. La conversión tiene que ver con todas las dimensiones de nuestras vidas, que puedan vivirse desde el evangelio de Jesús que ha venido para los enfermos y no para los sanos.