Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: “Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti.”
¡Hola queridos oyentes de Radio María! ¡Hola queridos jóvenes que andan por ahí! Toda la liturgia de esta semana nos prepara el gran final de este tiempo pascual con la celebración, el festejo del Domingo de Pentecostés, donde celebramos la venida del Espíritu Santo.
Este Espíritu Santo, que como decíamos el otro día, “siempre está viniendo” porque Jesús lo envió una vez y para siempre y lo envía a cada uno de nosotros personalmente en cada momento ¿no?
Del texto del evangelio de este Martes, 2 cositas lindas :
Una que Jesús en estos discursos, que son durante la última cena, como bien hemos dicho también, es Jesús ¡Rogando por nosotros! “Yo ruego por ellos, dice, no ruego por el mundo y todo lo tuyo es mío y en ellos he sido glorificado”. El Señor, es el que ruega por nosotros, ¿qué impresionante pensar esto no? Los animo a pensar justamente esto, a pensar justamente esto, que es muy lindo, Jesús ruega por cada uno de nosotros.
Y lo segundo es, ¡fíjense! “Eran tuyos y me los diste y ellos fueron fieles a tu palabra, ahora saben que todo lo que me has dado, viene de Tí, porque les comunique las palabras que tú me diste, ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de Tí y han creído que tú me enviaste. Ese es un acto de Fe que Jesús nos imprime.
Y ¿qué es el gran don que nos ha dado, que nos ha regalado Jesús? El mismo Espíritu Santo. ¡Ese es el gran don ! Esto que vamos a celebrar, este Domingo y que deberíamos celebrar todos los días. Bueno, ese es el gran don enviado por Jesús. ¡Que tengan un muy Feliz Pentecostés!
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