Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”.
Jesús respondió: “El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos”.
El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Ya estamos en un mes nuevo, el mes de Junio y al comenzar en este nuevo mes leí en el libro de Santa Teresita una frase muy linda qué decía “Sin el Amor las obras no son nada”. Es una expresión parecida a lo que dice San Pablo en la Primera Carta a los Corintios capítulo 3 “Si yo hablara todas las lenguas, la lengua de los Ángeles, si yo tuviera conocimiento de la ciencia, si yo tendría una fe capaz de mover la montaña, si no tengo amor no soy nada”. Y justamente en el Evangelio de hoy vemos como un hombre se acerca a Jesús para hacerle una pregunta muy importante, le dice a Jesús ¿Qué es lo primero? ¿Qué es lo primero en la vida? ¿Cuál es el primer mandamiento?. Jesús le responde, lo primero es amar, lo más importante en la vida es amar. Jesús le habla sobre el amor, el amor a Dios y el amor al prójimo. Querés saber qué es lo primero en la vida, lo primero en la vida es amar. El amor es lo más importante que tenemos que aplicar en nuestra vidas, sin el amor no somos nada, sin el amor no vamos hacia ningún lado, sin el amor nada tiene sentido. El amor es la clave para ser feliz, para estar en paz, para tener una vida en plenitud, para llevarnos bien entre nosotros, para que haya unidad, para llegar hasta el cielo.
Fijándome en mí ¿Se podría decir qué yo soy una persona que ama?¿Que dirán las otras personas? ¿Yo le pongo amor a todas las cosas que realizó? ¿le pongo amor a mis tareas o a mis emprendimientos? ¿Yo amo a Dios Yo amo a mi prójimo? ¿Yo amo de verdad? ¿Qué prima más en mi corazón el odio o el amor? Si no tenemos amo, si no damos amor no somos nada, ni siquiera cristianos.
Estamos en el mes de Junio, donde en este mes lo dedicamos al Sagrado Corazón de Jesús; precisamente contemplamos en este mes al gran amor que Jesús nos tiene, es un amor tan grande que su corazón está inflamado de amor por nosotros. Por eso sería muy importante que no solamente en este día, sino que en este mes le pidamos la gracia a Jesús de poder amar como el. Le vamos a pedir la gracia al Sagrado Corazón de Jesús de “vivir de amor” como decía Santa Teresita. Pidamos la gracia en este día de ser signos de su amor, podamos la gracia de amar.
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