Martes 7 de Julio del 2020 – Evangelio según San Mateo 9,32-38

lunes, 6 de julio de
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En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: “Jamás se vio nada igual en Israel”.

Pero los fariseos decían: “El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios”.

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.

Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.”

 

Palabra de Dios

 

Monseñor Ricardo Seirutti obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba y Delegado Episcopal para la Pastoral de Juventud Argentina

 

¡Hola querida audiencia de Radio María, chicos y chicas! Este Martes la liturgia nos regala, un trozo del evangelio de Mateo donde vemos a Jesús que primero sana a un endemoniado que está mudo, esto “propio del demonio” que no nos deja hablar. Nos cuenta también el relato del evangelio que Jesús está recorriendo ciudades y pueblos ¿no? y que, al ver a estas multitudes que se detenían a escucharlo y a seguirlo, tuvo compasión de ellas.

 Lo propio también de Jesús es sentir compasión, amor y misericordia de todos nosotros. Y esto porque nos ve como ovejas sin pastor. Y entonces le lleva a Jesús a decir lo siguiente, desde lo más profundo de su corazón: “la cosecha es abundante” -se da cuenta Jesús ahí, “pero los trabajadores son pocos”. Pero propone una solución: “rueguen, al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.

¿Cuál es la cosecha, esta cosecha que es abundante? son los corazones de muchos, hombres y mujeres, que están en búsqueda, o que están a la expectativa de que Dios llegue a sus corazones. ¡Es el reino, el reino que está produciendo, el reino que está esperando y caminando también!.

Y entonces ¿quiénes son los trabajadores? Son aquellos que se dedican a proclamar y anunciar el reino y también son los que cuidan del sembrado, muchos hombres y mujeres también, que escuchando el llamado de Jesús, van a esa cosecha a trabajar por el reino ¿no?.

Y el dueño no es otro que Jesús. Dios que es el que envía a estos “trabajadores” para que se ocupen de esta cosecha, de estos hombres, de estas mujeres ¿no?. Por eso es que pide a todos, ¡a todos!: rueguen, pidan que ese dueño de los sembrados envíe más trabajadores para la cosecha.

Les propongo esta mañana escuchar al mismo Jesús que nos dice: “rueguen, al dueño de los sembrados que envíe trabajadores”. Que envíe hombres y mujeres, que en su corazón están sintiendo, que Jesús les pides “algo más”, “un poquito más en esta vida, en este reino que nosotros también vivimos ¿no?. Que sienten que están llamados no solo a vivir y a disfrutar del reino, sino también a poner sus manos y su corazón en la compasión de Dios.

¡Que Dios los bendiga mucho!