Miércoles 16 de Septiembre del 2020 – Evangelio según San Lucas 7,31-35

lunes, 14 de septiembre de
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Dijo el Señor: «¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: ‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’. Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’.

Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!’. Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.»

 

Palabra de Dios

Matías Burgui sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

Hoy compartimos Lucas, capítulo 7, versículos del 31 al 35. El Señor se pregunta por la actitud en la que vive la gente que lo escucha. Me parece que en estos tiempos de pandemia tan turbulentos en los que peregrinamos, el tema de la disconformidad puede ser muy actual. Te dejo algunas ideas para tu meditación de hoy.

En primer lugar, cuidate del “gataflorismo espiritual”. No es un acto aislado, es una actitud vital. Esas personas que se quejan absolutamente de todo, que ante la duda largan el “No”, esos a los que nada le viene bien y sobreviven siendo negativos. Bueno, que la crítica, la desconfianza o la tristeza no te ganen. Fijate cómo el Señor hace alusión a esos jóvenes que están sentados en la plaza y no se conforman con nada. A ellos nada les viene bien, se han vuelto grises, negativos. Hoy por hoy nosotros podemos ser así, siempre buscando el “pero”, el problema a la solución. Incluso con el mismo Dios. Si es tu caso, te invito a que puedas empezar renunciar a esa negatividad, a ese espíritu de crítica, a esos enojos, a ese “nada me viene bien”. Dejá de vivir anticipando negativamente el futuro, no estés preso, no caigas preso de tus miedos. Parece inevitable, pero con la ayuda de Dios podemos cambiar en serio. Olvidate de sufrir pensando en lo que podría llegar a pasar. Pedile al Señor la gracia de ver la vida con ojos de fe, con ojos de esperanza.

En segundo lugar, valorá el camino recorrido. La única manera de salir de esa desconfianza generalizada es haciendo una mirada agradecida sobre la propia historia y el presente. Dios estuvo, Dios está y va a seguir estando. ¿Estás evaluando tu vida por lo que no te sale bien? Sos mucho más que eso. ¿Tu paz depende de un puesto de trabajo, de una nota en la facultad o del comentario de alguna persona? Sos mucho más que eso. ¿Te cuesta creer en lo bueno que tenés y te quedás solo con lo negativo? Sos mucho más que eso. Tratate mejor, tenete paciencia porque Dios te ama. Dejalo entrar a Jesús en tu vida. Reconocelo presente en tu hoy. No pongas la mirada en lo que te falta, en las caídas, en el error, en los problemas. Valorá todo lo bueno que ya hiciste y prestá atención porque todo te habla del amor de Dios.

Por último, Dios es creativo. Los publicanos, los pecadores, los sencillos supieron ver en Juan y en Jesús, signos de Dios para sus vidas y se hicieron bautizar; los fariseos, en cambio, por testarudos se negaron, frustrando así el proyecto de Dios en ellos. Sería bueno que te animes a descubrir que Dios es un artista, que Dios quiere hacer con vos una obra de arte y que para acercarse es respetuoso, pero sumamente creativo. Dice el Señor al final del evangelio que la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos. Tenemos que vivir con sabiduría, dejar la necedad y parar con eso de tirarnos tierra encima. Aprendé a sonreír con esa alegría que te viene a traer el Dios de las sorpresas y transmitilo a los demás. Acordate que las palabras convencen, pero el testimonio arrastra.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te acompañe siempre. Amén.