El sonido de la sirena

viernes, 13 de julio de
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Cuando la sociedad actúa en conjunto…

 

Cuando escuchamos una ambulancia y vamos manejando… de repente todos tenemos un mismo interés: darle paso.

Darle paso porque trae prisa, porque es una urgencia, porque es un llamado de atención notable e importante… el cual captamos inmediatamente con el simple sonido de la sirena.

 

En ese instante, lo único que buscamos es apartarnos del camino para no estropear su paso. Buscamos hacernos a un lado, tocamos bocina a quien no se hace al costado, miramos para todos lados para ver de que manera aligerar su paso y no quedarnos ahí parados.

 

Y en ese correr de segundos… pasa de todo.

Están quienes no escuchan la sirena, por venir hablando por teléfono, por estar escuchando música fuerte, por venir concentrado en otra cosa…

Están quienes mucho no hacen para apartarse y simplemente esperan que la posibilidad de frenar venga hacia ellas… sin hacer nada de extraordinario

Y están quienes actúan de inmediato, sin dudarlo y se hacen a un lado… y a su vez alertan a los demás para hacer lo mismo… haciendo de algo ordinario, lo necesario.

 

Y yo me pregunto…  ¿nos detenemos también a pensar en quienes van en esa ambulancia? En quien va a buscar esa ambulancia… en quien sigue a esa ambulancia… o quien no pudo seguirla…

 

En ese momento sería hermoso un gesto de una plegaria de nuestra parte… algo cortito, pero que pueda darles esperanzas a todas esas personas no tan visibles de esta urgencia.

Simplemente un acto de amor, de generosidad… asi como abrimos paso para darle lugar, le demos ese empujoncito con una oración, un pensamiento bueno, una palabra de aliento.

Aunque ellos no la escuchen directamente… se siente, y uno también tiene que comprometerse con el otro de esa manera.

 

He visto varias veces situaciones asi en el centro de la ciudad… y es realmente extraordinario como todos tiramos para el mismo lado en ese segundo. Y como a los 5 minutos, ya estamos en el estrés diario de las bocinas, las malas caras, los descuidos, las apuradas…

 

Nos concentremos en hacer el bien, aunque no conozcamos al otro, aunque no sepamos del otro… en eso consiste. No solo en abrirle paso a la ambulancia… sino también en darle fuerzas de corazón a quien tanto lo está necesitando.

 

Esa sirena… es un llamado de atención. Para vos, para mi, para todos.

 

Que no sea solo para hacernos a un lado del camino… sino también para pedir por esas personas que han sufrido.

Que nos enseñe también a apartarnos cuando no sumemos…

Que nos enseñe a darle lugar a lo importante… sabiendo que muchas veces nuestras preocupaciones cotidianas no se comparan a la necesidad del otro.

Que nos enseñe a tirar para el mismo lado, cuando del bien de una persona se trate…

Que nos enseñe tanto… que cuando nos toque pasar algo similar, sepamos que del otro lado alguien está tirando para mi mismo lado.

 

Antonela Vita Frias

 

Antonela Vita Frias