Dame tu mano y tu sonrisa

domingo, 9 de septiembre de
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Y vio Dios que era hermosa la ternura

y Madre la llamó desde el principio

con un sabor de miel en cada letra.

 

Tan perfecta nació que enamorado

Dios mismo se escogió para sí una

Y le regala al hombre su hermosura.

¿Dónde queda la luz, dónde la nieve?

 

Al contemplarte se levanta en vuelo

mi peso de tristeza y recupero

la intimidad de niño transparente

con su candor de besos y caricias.

 

Déjame que te llame siempre Madre.

Dame otra vez tu mano y tu sonrisa

Y vamos por la vida caminando.

 

Mariela Cruz