Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: “Sígueme”. Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo: “Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret”. Natanael le preguntó: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?”. “Ven y verás”, le dijo Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”. “¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael le respondió: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Jesús continuó: “Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees . Verás cosas más grandes todavía”. Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”
Estamos celebrando las ferias de navidad y provecho que son los primeros días del año para desearle a todos ustedes: ¡Un muy feliz Año Nuevo!
Todos los textos de esta semana son y nos hablan acerca del seguimiento de Jesús. Es Jesús que llama y me invita a seguirlo.
Este niño que hemos celebrado, nacido en un pesebre, nacido de una madre virgen, pedido de Dios Padre, nos intepela también como adultos a mirarlo, seguirlo, a ir con Él. Esta estrella que ha guiado a Belén a los Magos, ahora, ahora es Él mismo esa estrella que nos invita a seguirlo.
Por ser el evangelio de hoy, particularmente nos relata del evangelio de Juan el llamado de los dos primeros discípulos y ante la pregunta ¿dónde vives? Jesús se da vuelta y les dice: “Venga y vean”. vIr y ver: ¿Como vive Jesús? ¿Como es Jesús? Internalizarse en su corazón, en su vida. Y dice que se fueron y pasaron toda la tarde ahí, con Él.
Que lindo que este tiempo que estamos viviendo, y deciamos el otro día, este espíritu navideño todavía que no es otra cosa que el Espíritu Santo en nosotros, ¡nos dejemos! eh, llevar por Jesús a dónde Él quiera mostrarnos. Ante esta pregunta que siempre nosotros nos hacemos: ¿dónde está Jesús? ¿dónde vive Jesús? Dejarnos en oración invitar por Él, ir a Él, estar con Él.
Y es Él, el que puede darme montón de respuestas a mi vida, pero sobre todo, sobre todo, mostrarme también ¿quién soy? y para que pueda seguirlo, para que pueda seguir caminando con Él, para que siga, ir, a su casa, ir a su corazón y ver.
Y ver ¿qué es lo que “Él es”? ¿Que es lo que Él quiere de mí? Dejémonos interpelar por esta respuesta de Jesús a los discípulos, que es hoy a nosotros. Vengan y vea, ¡Vayan! ¡Vayan y vean!
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