Sábado 6 de Febrero del 2020 – Evangelio según San Marcos 6,30-34

jueves, 4 de febrero de
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Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

El les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.

Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

 

Palabra de Dios

Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la nueva Orán

En el Evangelio que hemos escuchado vemos un vínculo muy lindo que nunca se tiene que perder, ni romper. Y es la relación de Jesús con el Pueblo, del Pastor con su rebaño. Tanto el uno como el otro se complementan. El Pueblo reconoce, que a pesar de todo, sólo en Jesús puede encontrar lo que necesita y no duda de caminar lo que sea para ir a su encuentro, emplea todo el tiempo y los recursos para estar con él. Y Jesús frente a esa actitud y disposición del Pueblo se compadece y está largo tiempo enseñándole y dándole todo lo que necesita.

Que lindo sería hoy tener de nuevo esa actitud del Pueblo que aparece en el Evangelio. Cómo sociedad reconocer a Jesús como nuestro Pastor y buscarlo. Que diferente sería todo si nuestro vínculo con Dios es fuerte. Para ello todos nosotros tenemos que seguir trabajando, tenemos que seguir misionando: acercar a Jesús al Pueblo.