El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”.
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.
María dijo al Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?”.
El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”.
María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Ángel se alejó.
¡Queridos chicos, chicas de Radio María!
Este Jueves ya “tan próximos” a vivir la Semana Santa, el texto es del evangelio de Juan .
Y comienza, dice que Jesús dijo a los judios: “les aseguro que el que es fiel a mi palabra no morirá jamás”.
El que es fiel a su palabra, la palabra de Jesús y Jesús: “la gran promesa” ¡no morirá jamás!
¡Que poco nos revisamos en la fidelidad, a la palabra! ¿no?
Y que bien nos viene ,tan próximo a vivir la Semana Santa, el Domingo ya comenzaremos, el Domingo de Ramos y nos meteremos en esta liturgia tan preciosa, divina, tan ¡MÍSTICA! ¡CATEQUÉTICA! que es la Semana Santa
Y este Jueves, ya tan cerquita nos proponen, la liturgia, el evangelio de Juan, la palabra de Jesús.
¿Cuán fiel somos?
¡Sabemos que Dios es fiel siempre! ¡SIEMPRE! SIEMPRE!
Y hasta tenemos motivos afectivos para decir: ¡Dios ha sido y es y seguirá siendo fiel conmigo!
Y yo:
¿Cuán fiel soy a la palabra?
¿Cuán fiel soy a Dios?
¿Cuán fiel soy a la Iglesia?
El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás dice Jesús, aprovecha justamente Jesús para hacer esta promesa: ¡la vida eterna!.
Y yo, en esta vida, y en este día: ¡Que bueno revisarse!
¿Cuán fiel soy?
¿Cuán fiel soy a la palabra? ¿Cuán fiel soy a la palabra?
Dios es tan fiel, que esa fidelidad también está llena de misericordia ¿no?
Y ante mis infidelidades, Dios siempre es fiel y siempre vuelve a buscarme.
Por eso revisarse: ¡sin temor, sin miedo!Y si descubro que muchas veces no le soy fiel, a la palabra, a Jesús, a Dios ¿no?. Dios es fiel: Para seguir haciéndome crecer en fidelidad y para regalarme su misericordia y volver a comenzar.
¡Siempre puedo volver a comenzar y volver a decir:
¡Señor, desde hoy voy a ser fiel! Y confiar en que su misma palabra es la que me hará crecer en esto ¿no?
¡No soy fiel! pero vos Señor podes hacerme fiel cada día.
¡Por eso pedir! Pedir en mi oraciòn de estos días la fidelidad: La fidelidad a la palabra
Que el Señor los bendiga y que tengan una hermosísima Semana Santa
¡Muy buen Domingo de Ramos!
¡Dios los bendiga!
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