Me queda grande la fe

jueves, 5 de abril de
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Jesús, amigo mío, me doy cuenta que la fe me queda grande, me doy cuenta que aunque te apareces entre los míos, y en sus gestos de amor me dices: “Paz  a ustedes” (Lc. 24, 36) a veces sigo esperando signos para creerte, ¿pero signos de que?, ¡si toda la tierra canta tu existencia! ¡si cada día tengo pruebas de tu obra en mi!, ¿será que las turbaciones de mi vida me dejan ciego y no me dejan experimetar la presencia de tu paz?. Yo se que aunque no me lo explico a mi mismo, vos me entendes igual Jesús, pues ni tus propios discípulos que estuvieron contigo toda tu vida, pudieron terminar de creer, te apareciste entre ellos, ellos no te reconocieron, creyeron que eras una especie de fantasma, pero pacientemente lejos de renegar o enojarte con ellos, les pediste que toquen tus manos y pies, y aun viéndote y tocándote no terminaban de creer que estabas allí con ellos, pero vos entendiendo que el misterio de la fe les quedaba grande, pediste que te dieran algo de comer, para que vean y crean que si estas vivo, que lo eterno existe, que las promesas se cumplen, que lo mejor siempre está por venir, que la frescura de la vida se renueva en vos, se cumple en vos, habita en vos, se vive junto a vos y que todo aquello también nos pertenece, también es para nosotros, porque vos nos hiciste y a vos pertenecemos, porque somos herederos de la alianza.

 

¿Cómo puede ser Señor que aún viéndote me cueste aún creer?, me esfuerzo una y otra vez, te pido la gracia de la fe verdadera, y no entiendo muchas veces el motivo de mi tibia fe, muestras de tu amor en mi vida no han faltado, me salvaste incontables veces, me perdonaste incontables veces más, me abrazaste en la vida de muchas personas que fueron pascua en mi vida, ¿por qué entonces Señor, me cuesta terminar de caer en tanta desmesura de amor?, ¿Será que nunca voy a comprender tanta entrega porque la mía sigue siendo limitada?, ¿Será que solo debo vivir en obsequio tuyo?, ¿Sencillamente caminar alegre y agradecido el misterio de la vida que me regalas?; pues tu palabra lo dice: “No acababan de creerlo, por su gran alegría y seguían maravillados” (Lc. 24, 41) tus amigos experimentaron esa alegría y maravilla de tu obra, de tu grandeza, de la novedad de tu aparición en sus vidas que les desbordó de tanto bien que les hiciste, así también me siento yo, desconcertado porque me buscaste y saliste a mi encuentro, porque aunque veo tanta obra tuya en mi vida, soy pobre para comprender tanta gracia, me desborda, me excede, porque sos indescriptible, porque ningún verso que pueda salir de mi boca puede ser capaz de describir, lo que haces en la vida de los que has tocado con tu amor.

 

 Señor, la fe me queda grande, pero la amo, ¡Te amo! Y aunque a veces este misterio me envuelve en preguntas, vivir en tu misterio de amor, es el regalo más pleno con el que pudiste abrazar mi vida.

 

Noelia Viltri

 

Noelia Viltri