Querido hermano:
¿Por qúe no volvés? El camino es largo y duro.
Es un camino de piedras, de barro, no será fácil. Pero estamos juntos.
No puedo prometerte un camino perfecto pero si puedo prometerte mi compañía.
No te quedes ahí, paralizado, tenemos que seguir caminando, juntos.
No estás solo. Sabés donde encontrarme.
¿Qué estás esperando para volver? A mí la espera se me hace larga.
Sólo quiero que me dejes estar cerca tuyo, cargar tus cargas, alivianar tus pesos.
Sabés que sólo te miro con misericordia, sabés que si me decís que volvés, empiezo a ser feliz desde antes.
Sólo quiero estar cerca, sólo quiero que me sigas.
Te amo, no lo dudes.
Con cariño, Jesús.