Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: “Maestro, queremos que nos hagas ver un signo”. El les respondió: “Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.”
En este Lunes 19 de Julio te invito a que compartamos versículos de la palabra de Dios, que la iglesia nos regala, tomados del evangelio según San Mateo.
Sin dudas que el mayor signo de la presencia del reino que irrumpe en medio de la historia y del mundo es la resurrección de Jesús, su victoria: Sobre el pecado, sobre la muerte, ¡sobre todo lo que aniquilada, denigra la dignidad del ser humano!
Jesús viene a vencer el pecado, el mal, aquello que va endureciendo lentamente el corazón del hombre, tú corazón y el mío.
Es por eso, que no hay otro signo, mayor que este, Jesús mismo se lo dice a los escribas y fariseo, ese es el signo de la victoria de un Dios que nos invite justamente a confiar y a esperar en esa victoria.
En este mundo, el mal no se llevará la última palabra, será la vida, será la verdad, sera la justicia, por eso, en esta espera confiada del creyente te invitamos a ver estos signos de vida que también se manifiestan a lo largo de una jornada.
También Dios nos muestra la pascua acontecida, en cada gesto de bondad, en cada gesto de misericordia, en cada gesto de caridad, de verdad y justicia que realicemos… allí se manifiesta también el triunfo de la vida sobre la muerte.
Estamos abiertos a este Dios que permanentemente a través de gestos sencillos nos hace descubrir una vez más la potente fuerza del gran signo acontecido ya, que es la pascua Jesús.
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