Jueves 26 de Agosto de 2021 – Evangelio según San Mateo 24,42-51

miércoles, 25 de agosto de
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Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. ¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo. Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si es un mal servidor, que piensa: ‘Mi señor tardará’, y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.

 

Palabra de Dios

Monseñor Ricardo Seirutti Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba

 

Querida audiencia de Radio María. Chicas y chicos que andan por ahí escuchando. Este jueves el Señor mismo habló diciendo, en el evangelio de Mateo: “Estén prevenidos que día vendrá su Señor”. Prevenidos, expectantes, esperando. Queriendo que venga pero el Señor también nos dice, más adelante después de contarnos una parábola: “feliz aquel servidor a quien su Señor, al llegar encuentre ocupado en este trabajo”. ¿Qué trabajo? El trabajo del anuncio. El trabajo del evangelio, el trabajo de ocuparme de las cosas de Dios y la solidaridad y fraternidad con mis hermanos.

¡Qué lindo! Piensen que, en realidad va a venir al final de los tiempos, pero también es su promesa que está viniendo permanentemente: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”, también Mateo. Qué lindo ocuparnos de las cosas de Dios sin estar tan “pensando” en el catástrofes, ni nada de eso, porque el Señor va a venir tranquilo y quiere encontrarnos tranquilos y ocupados en las cosas de Él.

Él Señor está viniendo permanentemente a mi vida, qué lindo que cada día, que cada momento me encuentre ocupado.

Pensaba: “no hay que preocuparse por los finales sino que hay que ocuparse en el presente” de todo aquello que concierne a la obra de Dios, en nosotros, desde nosotros, hacia los demás. ¿En qué nos ocupamos? ¿Del evangelio?
¿En qué nos ocupamos? ¿En nuestros hermanos? ¿En que nos ocupamos? ¿En estar temerosos y con miedo porque el Señor viene? O con la libertad que nos da ser hijos de Dios. Ocupándonos de aquellas cosas que nuestro Padre,
Que Jesús mismo nos dice que estemos.

¡Dios los bendiga, un abrazo grande, grande a todos!